La Reina del Bar Canalla

The Last Knit

Sintonía

Allanamiento de morada

Cuéntame algo que no le hayas contado a nadie

-Vivian: hay un tipo que hizo un proyecto de arte. Dejó postales en todos los lugares públicos de la ciudad, como en metros, baños públicos. La idea era que las personas escribieran una confesión anónima en la postal, algo que nunca le hubieran contado a nadie, y se la enviaran por correo. Les pidió que fueran creativos, que hicieran de cuenta que la postal era un lienzo donde pintar un cuadro. En menos de un año, recopiló más de diez mil confesiones, una más sorprendente que la otra.
-Wilson: ¿qué tipo de confesiones?
-Vivian: de todo tipo. Algunas muy graciosas. Otras muy tristes. Por ejemplo, un tipo le confesó que deseaba que su madre lo amara por lo que era y no por lo que no podía llegar a ser.
-Wilson: dios mío, que feo.
-Vivian: lo sé. Había una super retorcida. Una niñera confesó que pinchaba los condones del matrimonio que la empleaba para asegurarse de tener trabajo por muchos años más. ¿No es una locura?
-Wilson: es espantoso. Quiero leer ese libro.[...] ¿O sea que éstas personas escribieron esas cosas de sí mismos? ¿Sin ninguna otra intención?
-Vivian: sí. Me parece reconfortante pensar que uno pueda decirle algo a una persona...sin horrorizarla...o sin que te descarte completamente...como ser humano.

Buscando un Beso a Medianoche ( In Search of a Midnight Kiss, 2008)

Nunca acierto cuando elijo un número

El problema fue que no tuve un buen comienzo.[...]Porque conmigo siempre es así, empieza mal y termina peor, nunca acierto cuando elijo un numero...¿Ha visto esos papeles pegajosos para atraer moscas en espiral? pues yo soy igual, atraigo las historias cutres que pasan a mi lado...Creo que hay gente así, que son como un imán para aliviar a los demás...Nunca acierto cuando elijo un número...Todo lo que intento, todo lo que toco se convierte en una putada[...]La mala suerte no se explica,..., es igual que el oido musical, se tiene o no se tiene[...]Puede que no me merezca nada mejor. Debe de estar escrito en algún sitio, no sé donde. Hay gente que ha nacido para ser feliz y a mí todos los días de mi vida me han engañado. Todo lo que me prometieron me lo creí...pero nunca he conseguido nada[...]no soy feliz, ni siquiera soy realmente desgraciada porque seguro que te sientes desgraciado cuando has perdido algo...pero nunca he tenido nada mío, sólo mi mala suerte.[...]Cuando era pequeña sólo deseaba una cosa, crecer. Quería que sucediera deprisa...Pero ahora no sé para que ha servido todo esto...no sé para qué...Hacerme mayor...El futuro es como una sala de espera...como una gran estación con bancos y corrientes de aire...y detrás de los cristales un montón de gente que pasa corriendo...sin verme...Tiene prisa...Cojen trenes o taxis...Tienen un sitio a donde ir...alguien con quien encontrarse...Y yo me quedo sentada, esperando...que me ocurra algo.

La chica del Puente (La fille sur le pont, 1999)

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El cotidiano delirante de un hombre gris

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