-Sean: Lo leí en una revista. Un tío de Osaka alquiló su piso.
-Vincent: espera, ¿dónde dices?
-Sean: Osaka. Está en Japón.
-Vincent: ah, ya…
-Sean: el tío alquiló el piso a dos inquilinos diferentes. Uno trabajaba de noche…
-Vincent: como nosotros…
-Sean: sí, y el otro trabajaba de día. Ninguno de los dos sabía lo del otro porque hacían turnos diferentes y nunca se encontraban. Tardaron seis meses en darse cuenta de que no vivían solos.
-Vincent: ¿eso ocurrió de verdad?
-Sean: sí.
-Vincent: bah, tonterías, ¿y los fines de semana?
-Sean: pues no lo sé, a lo mejor se evitaban, pero no se trata de eso.
-Vincent: ¿y pasa algo?
-Sean: sí, que es casi lo mismo que lo que me pasa a mí con mi novia.
-Vincent: aaah, ahora lo entiendo, es una metáfora ¿no?, y buscas pistas de si sigue allí.
-Sean: sí.
-Vincent: Sean, eso es muy triste, y lo digo en el sentido más cruel de la palabra.
Café de Noche.
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